para formar una única idea? ¡Mucho menos la idea de una epístola entera, del Nuevo Testamento o de la Biblia! Si nos importa la verdad, debemos interrogar el texto incesantemente y hacernos el hábito de sentirnos humildemente inconformes con respecto de las cosas que leemos. Esto es justamente lo contrario de irreverencia; es lo que hacemos si ansiamos conocer el pensamiento de Cristo. Nada nos acerca más a los designios de Dios que ver las aparentes discrepancias teológicas de la Biblia y reflexionar
Page 93